Cómo esconder tu identidad de los clientes y del gobierno
Guía para las que no quieren problemas (ni policía)
El escort no es solo sobre la cara bonita, horas, ciudades o hoteles.
También es sobre el equilibrio entre “soy yo” y “nadie sabe nada de mí”.
Porque en este trabajo hay dos tipos de errores que cuestan caro.
El primero – cuando confías demasiado y mandas pasaporte por WhatsApp.
El segundo – cuando no es un hombre quien te encuentra... sino el Estado.
Ambos duelen.
Pero lo peor: casi todos los problemas vienen no de estupidez, sino de ingenuidad.
— “Pero él parecía buena gente”
— “Solo mandé mi tarjeta”
— “La hacienda no me va a buscar a mí”
Y luego, boom. Todo se cae.
Así que ahora viene una guía directa, sin filtros y bien práctica:
cómo mantener tu anonimato en el escort, para que nadie te encuentre — ni con flores, ni con citación.
1. Deja de pensar que “si no hago nada malo, no tengo que esconderme”
Tú no eres asesora fiscal.
Eres una mujer que ofrece un servicio que no está en el registro oficial.
Eso significa: eres blanco.
Eres alguien que puede terminar “según la investigación” en cualquier base de datos, cualquier chat, cualquier noticia.
Y si alguna vez aparece tu nombre real o pasaporte — todo lo que ocultaste se convierte en prueba contra ti.
Conclusión:
No juegues a ser la decente cuando se trata de tu seguridad.
Y no pienses que no te va a pasar. Te puede pasar.
Especialmente si eres guapa, activa y trabajas en el “gris”.
2. La leyenda no es solo un “nombre falso”
Un nombre falso está bien.
Pero no es suficiente.
Tú no eres solo “Cristina de Madrid”.
Eres un conjunto de datos, pistas y huellas.
Si quieres desaparecer del mapa, necesitas:
-
otro nombre
-
otra foto (en documentos, pagos, si hace falta)
-
otro número
-
Telegram/WhatsApp separado (sin conexión con tu SIM real)
-
email diferente
-
otro dispositivo (o por lo menos otro perfil)
Sí, parece operación de espía.
Sí, suena loco.
Pero si de verdad trabajas mucho en escort — necesitas máscara digital, no solo “Cristina con corazoncito en el nick”.
3. El móvil: tu primera filtración
Si usas el mismo número para:
-
clientes
-
amigos
-
Tinder
-
el banco
-
servicios del gobierno
entonces tu identidad ya está hecha pedazos.
Te pueden buscar en Truecaller, verte en Telegram, aparecer en bases de datos.
Qué hacer:
-
número separado (mejor virtual — eSIM o apps como Zadarma, TextNow)
-
en él: solo Telegram/WhatsApp con nombre laboral
-
nada de Instagram, TikTok, contactos reales conectados
Ni tu gato debe saber ese número.
4. Redes sociales: cómo verte linda, sin que te pillen
Instagram de trabajo? Sí.
Telegram? Obvio.
Hasta Twitter si quieres.
Pero nunca, ¿escuchas?, nunca mezcles tu imagen de trabajo con tu vida real.
Errores que matan el anonimato:
-
mostrar las mismas ubicaciones en stories (ayer con tu mamá, hoy “trabajando” ahí mismo)
-
usar las mismas frases que en la vida real (te reconocen en 2 segundos)
-
fotos con tatuajes, lunares o el salón de tu casa
-
dar likes desde tu perfil personal a publicaciones laborales
Solución:
-
separa 100% tu imagen laboral del resto
-
no agregues amigos reales a tu cuenta de escort
-
no uses dos cuentas desde el mismo teléfono
¿Quieres privacidad? Monta un show. No solo cambies el nombre en la bio.
5. Dinero: cómo recibir pagos sin acabar en Hacienda
El tema más delicado. Porque aquí chocan dos mundos:
los que quieren pagarte y los que quieren rastrear el dinero.
Errores comunes:
-
dar tarjeta con tu nombre real
-
aceptar transferencias de personas privadas
-
abrir la app del banco delante del cliente
Qué hacer:
Usa “intermediarios”:
-
tarjeta de una amiga (no ideal, pero mejor que la tuya)
-
cripto (USDT, BTC — solo si sabes cómo convertirlo)
-
servicios tipo QIWI, YooMoney, Skrill, Revolut
-
efectivo (solo con clientes verificados, sin cámaras ni testigos)
No guardes grandes sumas en un solo lugar.
Mejor 10 cuentas con poco que una con mucho.
No guardes conversaciones con precios.
Ni en Telegram. Límpialas seguido. Hasta con los clientes “buenos”.
6. Chats y encuentros: cómo no dejar rastros
Todo mensajero puede ser filtrado.
Incluso Telegram, si no activas el temporizador y te hacen capturas.
Qué hacer:
-
activa siempre autoeliminación en 24–48 horas
-
evita frases tipo “qué servicios” — usa: “tiempo juntos”, “una noche tranquila”
-
no digas el precio directo — di: “se habla en persona” o “depende del formato”
Durante el encuentro:
-
no muestres documentos
-
no digas tu nombre real (ni borracha)
-
no dejes que te graben ni “solo para él”
Si te relajas — considera que todo se está grabando.
Y un día puede usarse contra ti.
7. ¿Y si ya te descubrieron?
Puede pasar. Alguien encontró tu Instagram. Alguien sabe tu nombre. Alguien dice “sé más de lo que debería”.
Importante:
-
no entres en pánico
-
no borres todo de golpe — eso confirma que eras tú
-
termina con calma el contacto con el cliente “peligroso”
-
si el leak es público — limpia contactos, cierra perfiles, crea nueva identidad
A veces es mejor reiniciar tu leyenda que arreglar el desastre.
En este negocio, desaparecer rápido vale más que dar explicaciones.
8. Amigas, colegas, clientes: los que más filtran
Puedes ser súper cuidadosa.
Pero una amiga, un ex, un cliente random… y adiós anonimato.
Por eso:
-
no cuentes nada que no sea necesario — ni a los “cercanos”
-
con colegas: solo nombres falsos, cero vida privada
-
con clientes: cero confesiones después del segundo trago
Estás en una industria donde la confianza no se regala. Se gana.
9. Hacienda: ¿de verdad se puede evitar?
Sí. Si:
-
no das tarjeta con tu nombre
-
no enseñas tus ingresos blancos
-
no declaras cosas innecesarias
-
no aceptas pagos con descripciones tipo “servicio prestado”
Puedes trabajar 5 años sin aparecer en ningún radar.
Pero basta un cliente equivocado — y “hola, venga a declarar”.
Consejo:
Si trabajas mucho y seguido — legaliza parte de tus ingresos. Como autónoma, freelance, o con trabajo falso.
Así creas una pantalla. Pagas poco, y nadie molesta.
Conclusión: tu anonimato es parte de tu trabajo
Puedes ser la más guapa. La más lista. La más ocupada.
Pero si no sabes esconderte — estás en peligro.
Hoy un cliente revisa tu Insta.
Mañana Hacienda pregunta por tu tarjeta.
Pasado mañana, una amiga sube tu número.
No tienes que vivir con miedo.
Pero sí con estrategia. Como si ya te estuvieran buscando.
Porque si lo haces bien — no te van a encontrar.
Y eso, eso es la verdadera libertad.
No el anonimato total, sino uno controlado.
Bonito. Frío. Seguro. Tuyo.
